domingo, 10 de noviembre de 2013

La quema de Judas*

El libro ardía. El humo, el sol inclemente y un cielo claro remataban una escena que bien podía transcurrir un día santo, digamos, un Domingo de Resurrección, cuando los devotos queman a Judas, al traidor.

Pero no era Semana Santa ─era septiembre─ y Ella no era devota de las pasiones manidas del catolicismo, sino de conmovedores pasajes de Clarice Lispector, o al menos eso he creído siempre, sobre todo cuando veo su boca impecablemente pintada y su cabello flameando, rojísimo.

Llegué al acostumbrado almuerzo con el que sellamos los fin-de-mundo y demás naufragios. Unas horas antes, Ella, con primorosa religiosidad, decidió que quemar al traidor era mejor que arder (en el cuento de Lispector, una mujer se casa y tiene cuatro hijos; en mi historia ─que es la crónica de la desventura de Ella─ se quema un libro).     

Ahora, con la distancia, creo que Ella es más devota que Dante. Ya no recuerdo qué castigo le corresponde a los condenados al noveno círculo del infierno, pero Ella trató de convencerme de que a los judas de nuestros romances hay que cauterizarlos.

Sin temor de dios, Ella quema el libro con el que empezó todo. Ha concluido el ida-y-vuelta de la piel y la sangre. Ella pone punto a los tres días de duelo y su peso de cien noches. Le digo que vivir es olvidar; me habla de sustituir dolores, de dos extraños que ahora comparten una historia. 

Ella no lo sabe, pero debo a los judas de mi corazón mis domingos de resurrección ─que no son más que la alegría de un labial, un esmalte de uñas llamativo, las risas en la esquina de Zamuro y el paso ligero de quien va en dirección opuesta al purgatorio.


Ella no lo sabe, pero de todos los fuegos el menos fuego es el que purifica. De todos los fuegos, el nuestro, la candela viva. Ella lo descubrirá después, cuando las cenizas del libro hayan volado lejos, el dolor sea mesurable y cobre forma doméstica (¿la dimensión de un florero?). Yo no le digo nada; Ella descubrirá que es mejor arder.     

*Publicado en la edición Nº 55 de la Revista Épale del diario Ciudad Caracas